ÉL NO TENÍA

Él no tenía ningún perfume en especial el único aroma que emitía era el del alcohol, que bebía todas las noches. Al amanecer solo recordaba la desdicha de su soledad, un rayo de luz le chocaba cada mañana. Es ahí donde se daba cuenta que el día era su martirio. Y se preguntaba, ¿qué puedo hacer? Cada día me evoca en la memoria Su dulce recuerdo. Las veces que la tenía a mi lado las risas hasta quedarnos dormidos los intermitentes diálogos en medio de la espesa noche. Entre sus bebederas y amores de una noche imaginaba que ella volvía a sus brazos para oler una vez más aquel perfume que la caracterizaba. Él no tenia nada nuevo en su habitación solo sus libros viejos, las botellas de whisky a medio tomar y su estante apolillado a punto de colapsar. Aquel estante que guardaba los más bellos y os...