Aquella tarde había mucha neblina, así que me fui a mi habitación para leer un poco y evitar que mis emociones me tomaran por completo, de pronto un minucioso ruido sonó en mi ventana. Era el aletear de una mariposa, atrapada en la rejilla, tratando de salir de entre los fierros. Mientras la observaba mis cansados ojos se iban secando, Sí, estaba llorando. Ya desde hace horas... Me preguntaba si también seria libre algún día, estoy luchando al igual que esa mariposa, quiero ser liberada de esa angosta rejilla. Por mi parte quería ayudarla pero no me atrevía, tenia miedo de lastimarla en el intento de sacarla de allí. Mi temor crecía conforme veía su desesperación por salir. Mis manos temblaban, no pude más. Decidí abrir las rejillas de a pocos para no herirla. Mientras lo hacia, pensaba en cómo pudo meterse en tremendo lío, quizá su instinto le falló o simplemente cayó. Hasta que, pude liberarla, y de a pocos iba recuperando el vuelo, por instante sentí que...
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