La vida te da sorpresas
Algún día en cualquier parte, en cualquier lugar indefectiblemente te encontrarás a ti mismo, y ésa, sólo ésa, puede ser la más feliz o la más amarga de tus horas. - Pablo Neruda
Y ahí estaba mirando el cielo sin saber a dónde ir, mientras él hablaba
de mis inseguridades y dudas. Poco a poco sentía que la vida se me iba, pues
parte de ella se estaba esfumando en cada frase que sus labios repetían.
Todo comenzó mientras corría por los pasillos de mi institución,
eran más de las 7: 00 pm y mis clases ya habían comenzado. El tráfico de Lima
me detuvo por más de tres infernales horas, que hicieron que llegué tarde a
clases. Mientras caminaba apurada por la facultad me topé con uno de mis viejos
amigos, solo atiné a saludarlo con un fuerte abrazo y fue ahí donde todo
comenzó.
Esos abrazos que te juntan por completa cuando dejaste tirado tus
pedazos en algún lado. Desde aquella vez nada fue lo mismo y nada lo será.
Luego de muchos interrogantes del porqué ese sentimiento, llegue a la
conclusión que había guardo algo por mucho tiempo y no lo dejaba salir.
Fue cuando comencé a preguntarme, ¿Porqué, no?
Fue así que comencé a platicar con él como era de costumbre, ya
que hablábamos en ocasiones, prácticamente era como mi mejor amigo, a
quién le confiaba muchas de mis cosas y sabía casi todos de mí.
Pasaron los días, semanas y la conversación era cada vez más
reveladoras. Cada uno de nosotros no pudo contener más y confesamos. Ambos nos
guardamos un gusto, quizá uno sentía más que el otro pero al fin al cabo,
decidimos darnos una oportunidad y ¿Porqué, no?
Me invito a salir y accedí, cada una de nuestras salidas
eran lindas y muy singulares. Hasta que llegue a quererlo más de la cuenta y me
enamoré, al parecer él no estaba al 100% seguro lo que sentía pero en cada una
esas salidas me hicieron creer que sí.
Pasaron unos meses y me citó, tenía algo muy importante que
decirme, yo imaginaba que por fin me pediría ser su enamorada, pero no fue así.
Cuando nos sentamos en aquella banca del parque solo dijo lo que menos quería
escuchar. Mientras yo vivía una historia de amor para él solo fui un capítulo
de su libro, esos con lo que los hombres se divierten.
Me rompió el corazón, jamás imaginé que mi amigo de años me haría
algo así. Ahora solemos conversar, él lo hace como si jamás hubiera pasado nada
entre los dos y créeme cada palabra que sale de ese chat me llega hasta el
alma, es como si no le importará. Y lo peor de todo es que ya nada será igual,
una vez más alguien se esfuma de nuevo de mi vida y ahora queda no mirar atrás.
Aun que las lágrimas bordeen mis mejillas en este mismo instante, lo único que
me queda es ser fuerte y seguir adelante.
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