Miércoles 21

Sentada en el sofá
escucho los gritos del vecino
vociferando una amarga melodía.

Pasan las horas
me levanto del sofá 
y la noche se ha esparcido.

Prendo la tevé
y comienzo a preparar el té
para acompañarlo con pastel.

Los gritos han cesado
más rápido que un rayo 
y el silencio se ha apoderado
en mi habitación.

En puntillas voy
hacia mi ventana 
y contemplo la luna llena.

Terminó el crepúsculo, 
me dirijo al sofá
para otro día apreciar.








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