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Mostrando entradas de marzo, 2017

Olvido

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Olvido , tan frágil como un recuerdo. No me arrepiento que mi memoria ha dejado de querer. Digamos que la soledad colaboró con ello. Muy bien, pero ¿el equilibrio? El corazón y la mente se han puesto de acuerdo para vaciar los únicos fragmentos. Sus redes entretejidas de fríos trozos de hielo y el amargo sabor de lo deshabitado han engañado a mis sentidos. Y entonces es cuando me doy cuenta que el olvido se ha vuelto a envolver En  mis entrañas. Solo basto una gota de amnesia disociativa para que florezca el olvido. Que  me dejó desnuda en medio de ese basto océano de recuerdos. Ahora bien, si poco a poco esto se vuelve un círculo poco a poco me saldré de el. Si de pronto el olvido se ciñe aún más, solo quitaré mis raíces y buscaré otras tierras en dónde plantarlas para que así no consuma mi ser. Pero ahora, solo queda el olvido ese que te hace perder la cabeza y soñar con lo que jamás quieres Recordar. ...

Miércoles 21

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Sentada en el sofá escucho los gritos del vecino vociferando  una amarga melodía. Pasan las horas me levanto del sofá  y la noche se ha esparcido. Prendo la tevé y comienzo a preparar el té para acompañarlo con pastel. Los gritos han cesado más rápido que un rayo  y el silencio se ha apoderado en mi habitación. En puntillas voy hacia mi ventana  y contemplo la luna llena. Terminó el crepúsculo,  me dirijo al sofá para otro día apreciar.

ERAS

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Eras un loco de aquellos, intrépido, extrovertido y a veces impulsivo. Tenías la capacidad de hacerme reír a carcajadas hasta que mis huesos resuenen. No había forma de parar lo que te proponías, peor si te retaba. Pues lo hacías. Cada vez que te miraba, tus ojos penetrantes desnudaban mi alma. Me desbordaba de emoción las veces que te sentía entre mis brazos. No podía decir no a tus caricias, a tus poemas, a tus canciones. Eras como ese último rayo de sol en medio del anochecer, como esa estrella de la mañana muy reluciente cuando lo ves. Tu sonrisa destilaba esa sensación de no dejar de verte jamás. Mi cuerpo se estremecía cada que me tomabas de la mano no había forma de parar lo que estabas ocasionando, pues me enamoraba de ti cada que te tenía a mi lado. Eras perfecto, no había duda que eras tú. Aquel hombre por el cual soñaba, reía, amaba, respiraba. Eras único, uno en un millón. Y digo eras porqué el tiempo ha pasado, todo lo que amaba...